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“Los ciberataques se multiplican por tres durante el confinamiento”, noticias como estas son cada vez más comunes y afectan en mayor medida a todo tipo de empresas.

Esto es consecuencia directa de la revolución tecnológica, donde las empresas han tratado de informatizar gran parte de sus sistemas con el fin de aumentar su productividad. Sin embargo, esta innovación de los sistemas conlleva una serie de consecuencias negativas como los ciberataques, que pueden resultar fatales para un gran número de empresas.

Un tipo común de ciberataque es el ransomware, que se basa en introducir un software en el ordenador mediante el cual se secuestran todos los datos y programas existentes en éste, y la única manera de recuperar dicha información es mediante el pago, generalmente en bitcoins, por parte del usuario atacado.

Actualmente la única manera de amortiguar este tipo de ataque es empleando ordenadores protegidos, copias de seguridad, contraseñas de alta seguridad, formar a los empleados o contar con personal especialmente dedicado a la ciberseguridad. Sin embargo, estas medidas pueden resultar costosas, poco eficientes y pueden consumir mucho tiempo. Por ello, se puede concluir que existe una necesidad entre las empresas de poseer un producto o servicio que evite al completo esta pérdida de información, la cual no está totalmente satisfecha con la oferta existente en el mercado.