‘Ciberfatiga’: por qué nos cansamos de tomar precauciones en internet y cómo permanecer alerta

‘Ciberfatiga’: por qué nos cansamos de tomar precauciones en internet y cómo permanecer alerta

Las formaciones constantes y los sistemas de prevención farragosos contribuyen a que los usuarios descuiden su ciberseguridad, y los criminales lo saben       ¿Cuántas contraseñas tiene? ¿Las recuerda? ¿Cumplen los mínimos de seguridad? ¿Tienen más de 10 caracteres, entre mayúsculas, minúsculas, números y otros símbolos? ¿Cuándo fue la última vez que las cambió? ¿Ha revisado recientemente si alguna de las cuentas que protegen se ha visto vulnerada? Si con el mero repaso mental de estas cuestiones le invade una flojera monumental, su trastorno tiene nombre: ciberfatiga o fatiga por ciberseguridad.El hartazgo puede sobrevenirnos por varias vías. Según los estudios clásicos, era atribuible al exceso de confianza que resultaba de haber recibido múltiples formaciones sobre estos riesgos: todo ese conocimiento nos hace sentirnos invulnerables. Para Andrew Reeves, investigador del grupo de aspectos humanos de la ciberseguridad de la Universidad de Adelaida (Australia), la autocomplacencia es una respuesta válida pero insuficiente. Por un lado, las medidas de prevención de las empresas se traducen en una ola de formaciones y recomendaciones sobre esta materia. “La gente está siendo entrenada con tanta frecuencia que se cansa de escuchar lo mismo y se harta de que le digan qué tiene que hacer. Así que su comportamiento comienza a empeorar”, precisa el experto.Por otro, los propios sistemas de seguridad minan la moral del usuario convirtiendo las tareas de prevención en una carrera de obstáculos que se añade al resto de las obligaciones de la jornada laboral: utilizar un sistema de doble autenticación, cambiar las contraseñas, revisar la legitimidad de los correos, conectarse a VPNs… “Esto puede llevarnos a una situación en la que...