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La pandemia evidencia los deberes pendientes en digitalización

Desde hace más de una década, los agentes políticos y económicos subrayan la importancia de la digitalización. En el sector empresarial, la expresión “transformación digital” se ha llegado a convertir en un auténtico mantra. Los meses de confinamiento han demostrado que sin la tecnología hubiera sido prácticamente imposible seguir adelante en el trabajo, la escuela, el ocio y el consumo.
Como consecuencia, esta digitalización de la que todo el mundo habla se ha acelerado en tiempo récord.
Los beneficios son claros y conocidos: la digitalización mejora la eficiencia en la empresa, permite crecer con facilidad y a bajo coste, ofrece flexibilidad en el trabajo, más posibilidades de compra y de consumo de cultura…

En el ámbito de la empresa, la única barrera sigue siendo la cultural

El Gobierno central anunció un plan llamado España Digital 2025, cuyo objetivo es seguir con el proceso de digitalización del país. Para mejorar, el Estado se ha comprometido a invertir 15.000 millones en diez campos estratégicos, como la ciberseguridad, el 5G, la digitalización de la empresa, de la sociedad civil y de la administración.

“El Gobierno central ha aprobado un plan ambicioso pero poco concreto”

¿El objetivo? Velar por la aplicación del plan, analizar de forma consensuada dónde canalizar las inversiones y sobre todo, evaluar el cumplimiento de los objetivos.
Los expertos consultados consideran que el proceso de digitalización es muy largo. “Tras vivir una primera ola con internet, el comercio electrónico y las redes sociales ahora llega la segunda ola, capitaneada por la robótica, el internet de las cosas y la inteligencia artificial cuya implantación aún es pequeña a nivel global”, apunta Torrent.